jueves, 31 de mayo de 2007

ESTA MAÑANA

Ya en su momento, en el otro blog que tenía, colgué esta poesía porque era necesaria, porque quiero a mi amiga Isa, la persona en que pensaba cuando la escribí, porque quería que ella supiera que entendía, mínimamente, lo que le pasaba por la cabeza, lo que pasó con su vida.
Hoy la pongo porque sigue siendo necesaria, porque sé que Isa ahora la leerá como quien ve una foto antigua, quizá con un nudito en el estómago, pero con la seguridad de que todo lo que pasó está encerrado ahí, en una foto que si es preciso se puede romper, pero sabiendo que ya no es necesario hacerlo.
Y también porque el mundo sigue estando lleno de Imbéciles. Sí, así, con mayúscula. El nombre de pila de todos esos hombres que maltratan a las mujeres que les aman.
Isa... ¡soy feliz! ;)

Miro sorprendido el alba
que, como siempre
traspasa sin pedir permiso la ventana.
Miro a la luz

de las seis de la mañana,
despierto, por fin, porque me da la gana.

Me doy cuenta
y sonrío,
y me estiro en la cama,
y cubro cada esquina del colchón
con mi propia piel,
y se estira mi emoción.

Ayer habría rezado,
toda la noche sin dormir,
por no recordar el calor de tu cuerpo
tumbado sobre mi pecho
aprisionando latidos,
encadenando mi voluntad,
borrando el maquillaje de los moratones de mi alma.

Ayer habría llorado, cobarde,
incapaz de hacer nada
por defenderme de tus puños
a los que después besaba,
por responder a los insultos
con que, infame, me atabas.

Respiro, sorprendido,
sin que me duela la espalda,
sin que se me claven las costillas
en una veneración vana.
Me abre el aire en canal
haciéndome saber que hasta ayer
no respiraba,
no reía, no hablaba.
Aprovecho las nuevas quemaduras del sol
para arrancar la piel que quede
con alguna huella de tus llagas.

Ayer habría fingido
y serían aquellas costras
meteduras mías de pata.
Ayer habría mentido
a todo el que preguntara
sobre las heridas abiertas,
las cicatrices y escaras.
Te habría dejado hacer, ayer,
lo que hubieras querido,
como de hecho hiciste.
Pero con ese último insulto
me vi por fin la cara.
Con horror, con miedo, con rabia.
Y vi por fin el alba,
y el aire llenó mi casa.

Soy libre, desde esta mañana.

© LA RODERIKA BOOKS - 29 de Mayo de 2.006

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Joé! Se la encoge a una tó leyendo estas cosas! Que bonita!

Tuvo mucha suerte Isa teniendo amigos como vosotros en ese momento. :o)

jeje... También se me hincha el orgullo por la nenita. ;o)

Besotes!

Isi dijo...

uf....uf....uf....cagoentó luis! que me has hecho llorar!

uf...

no sé qué decir....bueno, que gracias y que yo también te quiero mucho....y que fijate...hoy he sacado el tema en mi blog...me lo pedía el cuerpo después de tanta noticia de mujeres muertas....

ya te lo dije en su día...es precioso...es...es...uf...es la caña...

has hecho que yo ahora, también sea feliz...

te quiero.

MadRod dijo...

Fue un orgullo poder echarte una mano mientras pude. O mejor dicho, una oreja. ¡Y me alegro tanto de que ahora llores por cosas que merecen la pena! Es bonito llorar por un poema, una canción, una película... y no tener otras razones para hacerlo.