lunes, 23 de septiembre de 2013

Canciones desapercibidas.

Lo que me gustaron estas cancionazas, tú. Y lo que me gustan aún. Sé que algunas las repito, pero ¿quién no escucha mil veces las canciones que le ponen banda sonora a su vida?

Rebeldes sin pausa featuring Mercedes D. - "Imagine it"

Roser - "No vuelvas más"


Nik Kershaw - "The riddle" (Extended Version)

Midge Ure - "Wastelands"

Miguel Bosé - "Partisano"

Ultravox - "Lament"

Depeche Mode - "A question of lust"

Yazoo - "Winter kills"

Mylene Farmer - "Ainsi soit je"

Agnetha Fältskog with Justin Hayward - "The angels cry"

Abba - "Cassandra"


Frida - "To turn the stone"

Modern Talking - "There's too much blue in missing you"


Fangoria - "La razón de vivir"


Tiromancino - "Due destini"


Gianluigi de Franco - "Una vela nell'azzurro"

Ana Torroja - "Te he querido tanto"


Mecano - "El mapa de tu corazón"

domingo, 15 de septiembre de 2013

Mi barrio gay

Grand Mother Very Old Woman Royalty Free Stock Photo - Image: 18330685Cuando me mudé a Lavapiés era un barrio de abuelitas viudas amedrentadas, a veces incluso aterrorizadas, por la amenaza inmigrante. Los chinos y magrebíes se habían adueñado de las tiendas del barrio y lo habían convertido en el mercado de baratijas y ropa barata de Madrid. Ellas les miraban de lado y murmuraban sobre esos marroquíes de mierda, se santigüaban al ver pasar a un negro de 1,95 con el top-manta al hombro, escupían gargajos densos y asquerosos al pasar por delante de los "chinos" (las tiendas, no las personas, claro).

Y también comenzaron a aparecer solteros. Muchos solteros. Entre ellos, yo. Las abuelitas estaban encantadas, porque los solteros les subíamos la compra a casa, les cambiábamos las bombillas fundidas, les ayudábamos a abrir la puerta cuando el fac se ponía rebelde. Claro que las abuelitas no sabían que todos esos solteros éramos gays. Si se lo hubieran imaginado, los gargajos habrían cambiado de dirección y se habrían santigüado al pasar por delante de nuestras puertas.

Lavapiés era el barrio de los gays -ejem- pobres. Chueca y alrededores estaban prohibitivos en todos los aspectos. El piso que en Chueca costaba 240000€ en Lavapiés costaba 105000. El café que en Chueca costaba 200 pelas en Lavapiés costaba 110. Poco a poco fue creándose en el barrio una comunidad gay encantada de tener en la puerta de su casa 3 terracitas y un DIA.



Sin saber por qué, supongo que porque Chueca es una mariconada, esa comunidad gay fue pasando poco a poco a ser una comunidad "osa". Para los que no lo saben, los "osos" son esos gays grandes, muchas veces gordos, peludos, y sobre todo, hiper masculinos (menos cuando están más de 3 juntos) que no gustan de mezclarse con el resto del ghetto gay. Ellos viven a su aire, más que nada porque todo ese vello y toda esa carne les hace sudar como bestias. Y Lavapiés era el sitio perfecto para mezclarse sólo entre ellos, con su ambientillo medio hippy pasado, sus precios asequibles, sus solteros que pasan del ambiente gay. Y como las abuelas ya estaban muertas (dios las tenga en su gloria) o se habían ido a vivir con sus hijos a San José de Valderas, había mucho sitio y muchísimos más solteros que huían del alboroto y el ghetto de Chueca.



Pero ay, las modas son como son, y se ha debido correr la voz. Hace 5 años que no salimos de la crisis, y ahora los gays que antes vivían en su pisito de Chueca con su perro de aguas ahora ya no se lo pueden pagar solitos. Toda una nueva generación de gays se está trasladando a Lavapiés. Bajas al Rastro los domingos y está lleno de parejitas. Te sientas en una terraza de un bareto de mala muerte y parece un sitio de ambiente. Y la cuestión es que, entre los precios asequibles, la apertura de algún que otro sitio gay en el barrio y la pátina cultureta que siempre ha tenido y mantiene, esta nueva generación de veinte y treintañeros se están adueñando de a poquitos. Los chinos, magrebíes, negros enormes siguen ahí. Pero los nuevos "inmigrantes" son hipsters y gafapastas que van por la calle de la mano y se besan en las esquinas. Ya no somos el Barrio Chino de Madrid; ahora somos "Chueca-2".



A las abuelitas que quedan, a los heteroplanos descuidados, a los marroquíes que no saben lo que es un marica más que cuando vivían en Tánger y había 2 euros de por medio... ¡cuidado! El mariconismo madrileño se extiende. Y ya era hora, coño.


viernes, 6 de septiembre de 2013

La guerra de los mundos (la de mentira)

Ésto es para tener una hora y media por delante y escuchar. Escuchar.
Cuando tenía 10 años, mi cuñado (sip, ya tenía un cuñado, aunque no estuvieran casados) se compró este disco. Así, en español, en una versión que no tiene nada que envidiar a la original, pero con las canciones en inglés originales, con el fantástico Justin Hayward y la maravillosa Julie Covington.
La primera vez que lo escuché estaba sólo en casa. Cada vez que mis hermanos compraban un disco lo escuchaba con hambre, daba igual lo que fuera.
Y éste no tenía dos rombos, pero me hizo llorar con el destino de Carrie o del Hijo del Trueno, la locura del párroco, la esperanza del artillero, la tristeza del periodista ante la visión de la tierra roja o la desolación de su adorado Londres..., y también me hizo mearme en los pantalones de miedo, con el huuull-laaa de las máquinas, el sonido de la puerta desenroscándose, el rayo de fuego, la sorpresa y desesperación del astronauta, las enormes cosas babeantes, ese tentáculo rozando la bota... y porque mi imaginación voló con la música, con la narración de la historia del exterminio de la Tierra. Y ese final abrupto que te deja con el vello erizado y los ojos abiertos, esperando oir en unos segundos el aullido de las máquinas.
Un niño de 10 años llorando sentado en el suelo delante de dos altavoces.
El Rock, en sus múltiples vertientes, siempre ha sido capaz de expresar sentimientos profundos, sensaciones reales. Y ésta es una de las mejores muestras.
Siento no haber encontrado una versión con mejor calidad. Es lo que hay. O una con las canciones subtituladas. Cachis. Ah, y tiene 3 saltos (está grabado del vinilo, que era doble). Algunos de los saltos duran hasta 5 minutos... Grrr.
Para los más curiosos: en la versión original el narrador era Richard Burton, y en la latina, Anthony Quinn. Toma ya. Y si, el artillero os suena (sumamente joven jejej) porque es Luis Varela.

The chances of anything coming from Mars are a million to one... but still they come!

Jeff Wayne - "The war of the worlds" (Versión española)