miércoles, 21 de marzo de 2007

PRIMERA CARICIA.

Una hoja ya casi marrón
que tiembla con una leve brisa
unida por una mínima vena
a su pasado y a su fuerza.
Sabe que caerá en cuanto le llueva
un mínimo de atención
y caerá a la tierra a alimentar al árbol
que la vio nacer y crecer, reverdecer y caer.


Un gato en un tejadillo
temblando de frío y pavor
colgando sólo de sus uñas
con todo el cuerpo en tensión.
Ve la caída y la planea, atemorizado,
sabe que no aguantará.
Cierra los ojos, imaginando al nuevo amo
que recoja los restos de su séptima vida.

Un coche en una curva nefasta,
las ruedas rugiendo, impotentes,
imagina, en el último segundo,
su cuerpo retorcido y muerto.
Sabe del muro, el árbol, el terraplén
que acabarán, impertérritos, con sus días,
y espera que las manos al volante
sean capaces de rediseñar el tiempo.

Sé de lo que eres capaz
y por éso sé, veo, imagino.
Intento disfrutar de mi último segundo
esperando que tú me des muchos más.


Bien sé que no dependo de ti
pero, si pudiera, me pondría en tus manos
consciente, pero esperanzado,
presintiendo verde nuevo,
vida nueva,
más curvas,
aprendiendo contigo a vivir
como si hubiera nacido con tu primera caricia.


LA RODERIKA BOOKS, Noviembre 2.006

1 comentario:

Isi dijo...

jo, que bonito nene.... que bien escribes. Se me ha puesto la piel de gallina...casi me ha emocionado tanto como cuando leí las que me escribistes a mi.

un millón de besotes!