jueves, 22 de marzo de 2007

Asimilación.

No hace falta salir del armario para darse cuenta de lo duro que es ésto. Cuando eres joven y no sabes lo que te espera ni siquiera te lo planteas. Sólo piensas en las repercusiones dentro de tu familia y tu entorno más cercano (que tus padres te echen de casa, perder a tus amigos, que todo el mundo te insulte y trate mal...), pero no en lo que te sucederá más adelante, a lo largo de tu vida, salgas del armario o no. Estas son unas cuántas de las cosas que se me ocurren:

- Tendrás que pasar toda la vida pensando si te conviene que lo sepa depende de quién. Tu familia lo primero, después tus amigos y colegas de estudio y farra. Más tarde tus compañeros de trabajo y sobre todo tus jefes. Incluso tus vecinos. Y a algunos de ellos tendrás que ocultárselo siempre, con las dificultades que ello conlleva. ¿Cómo se oculta una pareja?
- Si sales del armario y no tienes la cabeza muy bien amueblada, es posible que te sientas culpable para siempre de las repercusiones de las que hablaba antes.
- Tendrás que saber cocinar, planchar, coser, fregar, lavar y demás ocupaciones propias de tu sexo. O en su defecto, tener dinero suficiente para que otros lo hagan por ti. No vas a tener una mujercita hacendosa que te lo haga.
- Si vives en una capital de provincia, o peor, en un pueblo, lo más probable es que tengas que irte a una ciudad grande para poder vivir tranquilamente tu vida. No, no tu sexualidad, sino tu vida.
- Si no tienes mucha suerte, es posible que estés mucho, pero que mucho tiempo solo, sin pareja. Y por mucho que nos pongamos, el sexo fácil no arregla este punto. No te das cuenta de lo difícil que es tener o mantener una pareja gay en este mundo hasta que la tienes.
- No podrás mostrarte como eres en muchos sitios, ni hablar de tu vida privada, de tus amigos, de tus relaciones, igual que lo hace cualquier hijo de vecino. Nunca sabes con quién estás hablando hasta que ya es demasiado tarde.
- Terminarás pasando por el ghetto, te guste y te apetezca, o no. Hay un pequeño tanto por ciento de gays que nunca lo hacen, pero siendo sinceros, es una de las pocas maneras de conocer a otros gays, de encontrar amigos afines, pareja o sexo. La otra opción es convertirte en un adicto a Internet y pasar las horas muertas en chats y perfiles buscando a esa gente. La opción de sonreírle a un tipo y guiñarle un ojo fuera del "ambiente" gay te puede llevar a un buen revolcón. No, en la cama no, en la acera.
- Te convertirás en el objeto de la ira de mucha gente. Gente a la que no conoces y a la que no le has hecho nada, pero que se cree en la santa obligación de pisotear tus derechos como ser humano, de hacerle ver al resto del mundo que no mereces tener, quién sabe por qué, los mismos derechos que ellos.
- Aguantarás durante años y años que todo el mundo piense que por el mero hecho de ser gay tienes dinero a espuertas. Aparentemente, los gays somos de dosmileuristas p'arriba. Vamos, que se lo digan a mi piso de 30 metros cuadrados...

Bueno, tengo sueño y hablar de ésto me "despierta". No quiero amargarle la vida a nadie. Sólo quiero que aquellos que no estén bien preparados se preparen. Algunos tenemos que ser más fuertes por huevos.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

¡Hola!

Hace pocos dias descubrí tu blog y me parece muy muy interesante. Ya he perdido alguna que otra hora de sueño por culpa del mismo pero creo que merece la pena.

Simplemente queria darte la enhorabuena por ser capaz de expresar tan bien las ideas, la mayoria de las cuales comparto.

Supongo que seguiré perdiendo horas de sueño hasta ponerme al dia de todo lo que has ido escribiendo en estos meses ...

MadRod dijo...

Joé, pues muchas gracias!
Que un desconocido te diga que pierde horas de sueño leyéndote es un... sueño para alguien a quien le gusta escribir!
Bueno, sigue leyendo, pero por dios, duerme bien... ¡te lo pide alguien que tiene insomnio! ;)