martes, 4 de marzo de 2008

Ventolera.

Esta mañana he abierto la ventana y se me han volado todos los papeles. Luego he salido a la calle y he observado cómo se levantaban las faldas y se sujetaban los bisoñés. Qué día, por dios. Y éso que hace un solazo tremendo y da gusto... cuando te da de lleno. Como te quedes 2 minutos en una esquina sombreá, te pasmas de mala manera.
Vale, ya sé que de Soria parriba está cayendo lo que no está escrito, que nieva mil y hace mucho más frío, pero leñe, me apetecía comentarlo. Sé que la mayoría de la gente odia el viento, pero a mí me encanta. Desde que era pequeño y subíamos al faro del Cabo de la Nao, al de Sant Antoni, al restaurante del faro de Mazarrón, sitios donde había ventolera asegurada y a los que me encantaba ir sólo para sentir el viento y ver flotar a las gaviotas, suspendidas en el tiempo y el espacio por obra y gracia de su lucha contra el viento, observándome, a su vez, como si fuera yo el animal extraño en una circunstancia peculiar.
Bueno, en Madrid no flotan las gaviotas (en todo caso, te cagan encima las palomas, malditas ratas con alas) pero cuando hace viento me teletransporto, y es como si estuviera otra vez en la playa, en el faro, con el reflejo brillante del sol en el Mediterráneo quemándome la retina.

9 comentarios:

Isi dijo...

Yo soy de las que odio el viento..será porque tengo el pelo largo y se me mete en los ojos y en la boca y si estoy fumando me lo quemo con el cigarro???? o quizá sea porque como tengo las orejas tan pequeñas, no puedo poner el pelo detrás de ellas y termino con unos pelos como si fuese una niña loca...

Y cuando te da de cara...tira que te va...pero cuando te da de culo....uf! no puedo y no puedo. Ah! aparte de todo esto, como esté mucho rato en la calle con aire, me da otitis...osea, que creo que tengo motivos más que suficientes para odiar el viento!

Y no hablemos de lo que te dura un cigarro cuando hace este aire...vamos, que se lo fuma Dios, porque lo que es la menda lerenda no se lo fuma....

Lo mejor de este cambio de temperatura es que hoy mucha gente iba vestida como manda ya El Corte Inglés, de primavera...y claro, lo bueno es ver las caras de frío que tienen..juas!.

Beseles!

Anónimo dijo...

Que frioooooooooooooo!!!! Entre la lluvia o, y el aire a mi casi me da algo, uffffffffffffffff.

Besitos

MadRod dijo...

A mí me daba igual comerme o quemarme los pelos. Éso sí, no sé si conoces la famosa solución de "la coleta"... ¿En tu pueblo sólo venden orejas, no venden coleteros? XD Y al revés: ver las caras de frío de la gente tampoco me divierte mucho. Vamos, que no coincidimos pa ná, pana.
Su: exageraaaaaaaaaaa

Isi dijo...

Es que las coletas no me quedan bien...(guash! guash!)

Anónimo dijo...

Me encanta el aireeeee ¡¡¡
Cuando era pequeño (osea, en el pleistoceno medio) me gustaba sacar la cabeza por la ventanilla del 600, cuando ibamos a velocidad de crucero (80 km / hora) y sentir el aire en la cara....

Esto no es nada. Quiero vivir un huracan ¡¡¡ (junto con otras catastrofes meteoroloogicas)

Jose dijo...

Amo el viento, que me de en la cara, me da sensación de libertad, jaté

MadRod dijo...

Isi: a ti te sienta bien cualquier cosa, so pegga.
Klimmito: también recuerdo (no, el pleistoceno no) el 600 y el airecillo XD, sólo que en mi caso lo que recuerdo es esas planicies albaceteñas, volviendo de Murcia, con el marcador del termómetro en el tope, que era... ¡¡52 grados!!
Jose: sea la sensación que sea, la usamos poco, ¿que no? Qué poco nos dejamos sentir, ¡con lo fácil que es! Sólo pararte 5 minutos en el Retiro, la Casa de Campo, cualquier sitio en que te dé el viento en la cara, y el sol te caliente el cuerpo, y huelas la tierra y las plantas...

Isi dijo...

...y los porros del grupo de adolescentes que tienes al lado...la caca de perro que tienes debajo del culo....umm...que ricos olores!!! jajajajaja!!!

Klimmito! yo viví el huracán Willma!!!! ¿¿no te doy envidia??

MadRod dijo...

Isi, jamía, tú no ves el Retiro ni la casa de campo ni en foto!!! Seguro que la última vez que estuviste en el Retiro fue aquella que fuímos con Esther...