sábado, 4 de agosto de 2007

Justicia ciega.

No, no es el título de una peli de Charles Bronson. Es la realidad, pura y dura. Bueno, convendría decir que el calificativo ya no es ciega, sino cegada. Si fuera ciega, los jueces se guardarían sus opiniones, porque un juez no opina, sino que imparte justicia. Ciega, imparcial, sin tener en cuenta nada más que la línea recta que une los derechos con los deberes.
Pero no. Y no creais que España es el único caso, que a veces somos tan chauvinistas que decimos eso tan tópico de: "éso sólo puede ocurrir aquí". Pues no, no me refiero a Ferrín como se llame, sino a este otro "juez", brasileño esta vez.
La ceguera de la Justicia queda cada vez más patente.

No hay comentarios: