Recomiendo a todos los curiosos una visita al Museo del Traje de Madrid.
Está muy bien pensado y ordenadito, y tiene una visita autoguiada amena e interesante. Se pueden ver desde trajes, vestidos, calzado y complementos tan viejos que casi están podridos hasta las creaciones de los modistos españoles actuales. Todos reales como la vida misma y con muchas curiosidades, como ver el tamaño real de la cintura de un traje femenino del siglo XVII (juro que un palmo de mi mano, que no es mucha mano) hasta las 4 capas de que consta un vestido típico de Lagarterana, pasando por los lujosos vestidos de las amas de cría de hace aproximadamente un siglo, a las que sus amos vestían y enjoyaban para demostrar su poderío a los otros amos mientras paseaban por el parque.
Los aburguesados, Balenciaga, la Belle Epoque, Elio Bernhayer, la Posguerra, Sybilla, El Romanticismo, Fortuny, los polisones, Agatha Ruín de la Parda (o como se llame esa hortera), las majas, los toreros, las chupitas (¡¡¡del siglo XVII!!!), los moños, Dior, Paco Rabanne, Givenchy, el inventor del concepto Zara (Pertegaz, que en su vida ha tenido una idea original), los trajes sastre, los corpiños, los miriñaques, las sombrillas, los jubones, los guantes, los zapatos de tacón, las chinelas, los mitones, los alfileres, los "ridículos", las agujas del pelo, los corsés, las joyas, las "cotillas", los botones, las mañanitas, los estampados y los estarcidos, las camisas, los sujetadores y las fajas, los delphos y knossos, las enaguas, las capas, las babuchas, las chaquetillas, los zapatos de seda del XVIII sin distinción izquierdo-derecho, los cloche, los bolsos, las capas, los abrigos, los vestidos de fiesta, los trajes de novia, las chaquetas, los chales, los pantalones, los lazos, las faldas, las telas plisadas, los bordados, los mantones de manila, las joyas de luto... Mariquita Pérez.
Podría seguir durante un buen rato, pero creo que os habeis hecho una somera idea.
Lo mejor de todo: durante todo el recorrido (que tú efectuas en algo menos de dos horas con tus cómodos vaqueros) no puedes dejar de imaginar a toda esa pobre gente embutida en esos instrumentos de tortura, o que quizá algunos días o en algunas ocasiones alguna mujer tardaría algo menos de dos horas en entrar en alguno de esos vestidos de incontables capas y ballenas que sin duda les descolocarían todos los órganos internos.
Está muy bien pensado y ordenadito, y tiene una visita autoguiada amena e interesante. Se pueden ver desde trajes, vestidos, calzado y complementos tan viejos que casi están podridos hasta las creaciones de los modistos españoles actuales. Todos reales como la vida misma y con muchas curiosidades, como ver el tamaño real de la cintura de un traje femenino del siglo XVII (juro que un palmo de mi mano, que no es mucha mano) hasta las 4 capas de que consta un vestido típico de Lagarterana, pasando por los lujosos vestidos de las amas de cría de hace aproximadamente un siglo, a las que sus amos vestían y enjoyaban para demostrar su poderío a los otros amos mientras paseaban por el parque.
Los aburguesados, Balenciaga, la Belle Epoque, Elio Bernhayer, la Posguerra, Sybilla, El Romanticismo, Fortuny, los polisones, Agatha Ruín de la Parda (o como se llame esa hortera), las majas, los toreros, las chupitas (¡¡¡del siglo XVII!!!), los moños, Dior, Paco Rabanne, Givenchy, el inventor del concepto Zara (Pertegaz, que en su vida ha tenido una idea original), los trajes sastre, los corpiños, los miriñaques, las sombrillas, los jubones, los guantes, los zapatos de tacón, las chinelas, los mitones, los alfileres, los "ridículos", las agujas del pelo, los corsés, las joyas, las "cotillas", los botones, las mañanitas, los estampados y los estarcidos, las camisas, los sujetadores y las fajas, los delphos y knossos, las enaguas, las capas, las babuchas, las chaquetillas, los zapatos de seda del XVIII sin distinción izquierdo-derecho, los cloche, los bolsos, las capas, los abrigos, los vestidos de fiesta, los trajes de novia, las chaquetas, los chales, los pantalones, los lazos, las faldas, las telas plisadas, los bordados, los mantones de manila, las joyas de luto... Mariquita Pérez.
Podría seguir durante un buen rato, pero creo que os habeis hecho una somera idea.
Lo mejor de todo: durante todo el recorrido (que tú efectuas en algo menos de dos horas con tus cómodos vaqueros) no puedes dejar de imaginar a toda esa pobre gente embutida en esos instrumentos de tortura, o que quizá algunos días o en algunas ocasiones alguna mujer tardaría algo menos de dos horas en entrar en alguno de esos vestidos de incontables capas y ballenas que sin duda les descolocarían todos los órganos internos.
3 comentarios:
Le podría proponer un día a mi mami (que es modista, y podría haber sido una estupenda diseñadora, pero eran otros tiempos) visitar el museo. Creo que le haría ilusión. Puede ser curioso la evolucion de la moda. Desde el taparrabos (queda alguno?) hasta los tangas... Bueno, quizás no ha habido tanta evolucion .-)))
Ya me lo habían recomendado, y además está en un edificio que siempre me pareció molt agradabla.
A ver ahora cómo se convence al TX para que vayta a ver trapitos!!!
Klimmito: tan antiguo como un taparrabos no tienen nada, pero mola. Y evolución ha habido por lo que se vé, y mucha!
Mocho: el edificio es curiosísimo y da la impresión de que podría haber 4 veces más museo del que hay. Y estando donde está, al TX le puedes decir que os vais a dar una vuelta por el campo y hacerte el encontradizo... "¡ahí va! ¡un museo!" jua!
Lo único que no comenté en la entrada fue que con la iluminación tan, tan, tan ténue que tiene sales a la calle medio idiotizado. Pero repito, mola.
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