Sequía creativa.

Pues sí, así estamos, en sequía.
Me he pasado una temporadilla en que apenas podía con mis alegrías diarias por falta de tiempo, y ahora que lo tengo, no hay nada sobre lo que me apetezca hablar. Es como si me pusieran un micrófono en los morros por la calle con una cámara delante, me dijeran que me quejara sobre lo que me diera la gana... y no se me ocurriera nada.
Por otro lado, a veces me pongo a escribir sobre algo que realmente me interesa. Pero suele llegar un momento en que me pregunto a mí mismo sobre el churro que me está saliendo, y lo borro. No estoy muy lúcido, vamos.
También es posible que, con la jartez de blogs que leo casi casi a diario, me parezca que queda poco o nada sobre lo que hablar porque todo se ha tratado ya en otro sitio. Por supuesto, tengo mis opiniones, pero voy y las dejo en esos otros sitios a modo de comentario.
Quizás es que estoy un poco harto de tener que comentarlo todo como si me fuera la vida en ello, o que estoy pasando por un periodo realmente pasota, porque también me ha sorprendido que muy pocas noticias me han llamado la atención tanto como para elevar una ceja.
Encima, tampoco es que tenga una vida social tan interesante como para ser contada aquí con pelos y señales. De vez en cuando voy al cine, una vez por semana una cenita y cafeses jugando a algo, un paseo por el Rastro y otros sitios los domingos por la mañana... vamos, que si tuviera que escribir un libro sobre mi vida actual sería un relato corto.
Bueno, que espero que se me pase esta sequía cuanto antes, porque no todo en este mundo es alegría...