Responsabilidad.

Cada día hay más intermediarios. En todos los gremios, entre todos los estamentos, hay un correveidile. Por supuesto, éste es siempre el que se lleva la peor parte. Cuando hay un problema entre dos estamentos, el intermediario es el que se ocupa de defender a ambas partes frente al oponente, dando la razón a todo el mundo cuando es evidente que sólo una de las partes tiene razón.
Pero es muy fácil para ciertos estamentos (cuanto más altos en la jerarquía, más fácil) tener a alguien debajo para que se parta la cara por ellos. Incluso tienen la deferencia hacia los gusanos de dejarles a ellos mismos que elijan a su correveidile predilecto, con el único afán de que confíen plenamente en él, cuando al correveidile ya sabemos quién le paga.
Ya sé que en ciertos estamentos no se tiene tiempo para todo lo que hay por debajo. Sé que es mucho más fácil dar largas y más largas hasta que el rebaño se calma por aburrimiento, cansancio, o simple constatación de que no se va a llegar a nada. Pero también sé que es vergonzoso escudarse en un intermediario para no encarar tus propias responsabilidades. Sé que si llegar a ciertos estratos muy altos es, por lo general, porque te lo has currado como el que más, pero también que si subes y subes es a sabiendas de que cada escalón de más es un tanto por ciento más de responsabilidad que tienes que asumir porque para éso te pagan lo que te pagan.
Hoy hemos visto llorar de impotencia, desesperación y cansancio a nuestro correveidile. Afortunadamente, se ha cansado tanto, que ha decidido dar paso a su estamento superior para que por fin dé la cara.
Me estoy afilando las uñas...