martes, 6 de noviembre de 2007

Pederastia, educación, religión.

Leo, una vez más, que se ha detenido a una red de pederastas virtuales en todo el mundo. Y me vuelvo a preguntar el por qué de ciertas desviaciones.
Hay diferencias entre las diferentes sociedades y, mientras en unas las niñas son entregadas con 10 años a un marido por una dote, en otras conservan la virginidad hasta matrimonios bastante adultos. Probablemente nunca se podrá discernir dónde está la línea que separa el mundo infantil del adulto, más que nada porque hay diferencias enormes, claramente físicas, entre razas o localizaciones geográficas. Algo tan habitual como la regla puede varias entre 6 y 7 años de unas razas a otras, de unos países o regiones a otros, de modo que nunca podrá dejarse clara esa frontera por la que luchan algunos grupos sociales, la de la edad de consentimiento sexual.
Pero sí que sabemos que un niño es un niño. Sí que sabemos que el concepto de sexualidad de un niño ni está desarrollado, ni sería natural desarrollarlo antes de tiempo. Sí que sabemos que los niños no se prestan a juegos sexuales de manera consentida, al menos a partir de la segunda vez, a partir de esa vez en que saben que se está abusando de ellos, que se les puede hacer daño de mil maneras.
Por supuesto, lo único que se puede hacer es educar. Desde todos los puntos de vista posibles, desde todos los frentes. En el momento en que los niños se acercan a la adolescencia, son ellos mismos los que imponen un ritmo, un crecimiento sexual, que los padres y educadores deberían conocer, si no advertir. Pero a los niños no se les deja hablar sobre el tema, porque sigue siendo un tabú para ellos y para sus adultos, porque da la impresión de que hablar de sexo a un niño es empujarle a su práctica, cuando no hay nada más lejos de la realidad. El conocimiento del sexo, de las realidades que los adultos vamos conociendo muy poco a poco a base de ostias, por lo general da miedo, y ese miedo es el que impediría a los niños practicar el sexo por mucho que supieran sobre él. Los niños deben saber que el sexo tiene dos rombos, que sus cuerpos no están preparados para ello, que pueden tener problemas (que todos conocemos) por practicarlo antes de tiempo y sin saber lo que hacen.
Pero no. A los niños no se les puede hablar de sexo. El sexo es vergonzoso y adulto. El sexo es algo que se prohibe sin llegar a explicar lo que es y para qué sirve. A pesar de todos los estudios (desde los de juguetes hasta los de hábitos alimentarios) que demuestran que cuanto más taxativamente prohibas algo a un niño más lo desea, debemos seguir prohibiéndolo sin más. Lo lógico de prohibir una comida es explicar que en ciertas cantidades ese alimento es nocivo: si comes mucho, enfermarás, engordarás, te saldrán granos. Lo más lógico es, tras la explicación, apuntar que lo pueden comer como cualquier otra cosa. Si les dices que no lo van a comer hasta que sean adultos, se morirán de ganas de zamparlo en cantidades ingentes. Quizá con el sexo debería hacerse lo mismo: explicarles a los niños qué es, para qué sirve, sus pros y sus contras, por qué los niños no están preparados para ejercer... y dejarles la puerta abierta a lo natural. Con una educación sexual sana y lógica los niños se van a conformar con masturbarse, que es lo que hacen todos con cierta edad (y algunos durante toda la vida). Ya les llegará el momento de necesitarlo como forma de relacionarse con sus semejantes, de amar a sus parejas (aunque sean muy jóvenes), pero de una forma racional y natural. Ellos mismos se darán cuenta (a casi todos nos ha pasado) de cuándo están preparados, y si les has dejado la puerta abierta, no dudarán en exponer sus dudas o sus miedos, en confiar en sus adultos.
Por otro lado, también leo que la Conferencia Episcopal de Tarragona ha puesto el grito en el cielo por los manuales de sexualidad para adolescentes de los institutos catalanes. Aparentemente, sólo los padres pueden educar sobre cuestiones morales. En lo que no piensan los obispos es en que en muchas ocasiones la moralidad y paternidad de algunos adultos brillan por su ausencia, que nadie nos prepara tampoco, de ninguna manera, para ser padres, que debería ser otra asignatura más en la educación juvenil. Parece ser que es mejor que la educación moral de una persona recaiga exclusivamente en el punto de vista de dos personas que pueden estar tan mal educadas como su propio hijo, saber tan poco sobre el tema como los propios niños. No sé, de toda la vida se ha estudiado Ética y nunca ha pasado nada. Pero claro, la educación laicista les está llevando a perder miles y miles de seguidores, y tras ellos, millones y millones de euros de contribuciones por el morro.
Bueno, me estoy enrollando demasiado y esta entrada ya es muy larga. Además, todos pensaréis: "claro, qué va a decir el ateazo éste...". Bueno, perdónenme ustedes, pero me veo obligado a expresarme sobre ciertos asuntos en los que una buena cantidad de gente cree tener la razón suprema sin querer ver que no es más que su opinión. Lo siento, yo tengo la mía, y como yo, muchos otros. Y no nos hace falta que venga ninguna agrupación de ninguna índole para cambiárnosla.
Si sólo quisieran educar, me parecería bien. Y si además dejaran que la educación fuera más amplia, y no sólo la suya, mejor que mejor: que cada cual elija.
Se me olvidaba otra duda que me corroe con respecto a los pederastas: vale, se les detiene, pero ¿tienen tratamiento psicológico en las cárceles, o simplemente se les priva de libertad durante un tiempo? Porque hay un cierto tipo de crímenes o delitos (éste, violaciones, maltrato...) que deberían tener tratamiento médico obligatorio, visto que tras las condenas la gran mayoría reinciden. Bueno, confío en que sí, porque si no, vaya mierda de sistema.

5 comentarios:

Isi dijo...

Pues con los pederastas pasa lo mismo que con los violadores. Se les mete en la cárcel y ya. En España no tenemos terapias para estas personas cuando están en la cárcel.

En algunos paises existen centros donde a los presos se les trata psicológicamente con el fin de "curar" y reinsertar, que es por lo que se supone que les encarcelan.

Aquí no y lo que es peor, se dan casos como un violador que salió de la cárcel antes de cumplir la condena por buena conducta y porque había dado clases de defensa personal. No diré nada sobre esto porque me enciendo.

En fin, que de tu entrada no diré nada más, porque todo lo que opinas es también lo que yo opino. Basta prohibir algo para desearlo más y peor. ¿O nadie se acuerda de que más de una vez nos hemos visto películas autenticamente coñazos, sólo y únicamente porque tenían 2 rombos y no estaban papá y mamá?.

Pues eso, que las cosas, cuanto más naturales se hagan, mejor.

Bechos!

Jose dijo...

Es complejo el tema... la educación sexual además debe cambiar, debido a que con las nuevas tecnología (esta que estamos usando ahora, sobre todo) tienen información mas cerca. Creo que no se puede "planificar" a qué edad alguien está preparado para ser informado acerca del sexo, ya que eso depende de la madurez y el crecimiento, e incluso el entorno.

A mi mas qu elo de los de Tarragona (cosa normal que la iglesia opine eso, ¿y?: es su opinión, no deberíamos darle tanta importancia hoy en día), me ha preocupado que el Gobierno de La Rioja deje mandar libros a los colegios con capitulos que dicen "la homosexualidad: como curarla"... eso si ....

MadRod dijo...

Sip, lo de la reinserción de los presos es algo que me flipa. Sobre todo con algunos: con lo fácil que resulta hoy en día la castración química... Bueeeno, vaaale, a ver, tampoco me voy a los extremos. Pero vamos, que unos añitos tañéndoles el cerebro con lo mal que están ciertas cosas debería funcionar, ¿no?
Y cierto, se me olvidó comentar lo de La Rioja. Pero es que lo de la Iglesia me enciende porque, querido, influye sobre mucha más gente de la que creemos. Como a nosotros nos la repampinfla, creemos que a la mayoría también, pero no es así. Para millones y millones de españoles, lo que dice la Conferencia Episcopal de dónde sea (y hay muchas) va a misa, nunca mejor dicho.

Jose dijo...

Por eso digo, el trabajo no es criticar lo que dice la iglesia, sino que minimizandolo y siendo indiferentes quizás logremos que los de alrededor sean indiferentes...

MadRod dijo...

Pff, ahora mismo me da la impresión de que como notan que muchos pasan de su tema y se habla de apostasía, y se les responde a todo lo que dicen, es todo lo contrario: se hacen fuertes tras sus barricadas (ellos también tienen internet y prensa, por ejemplo, que cada vez son más radicales...)
Ahora mismo no creo que la indiferencia sea una solución. Pero bueno, supongo que ya te has dado cuenta de que para mí todo lo relacionado con las religiones y las iglesias me escuece especialmente...
Por otro lado, también es cierto que JAMÁS discuto con ellos. Ni ellos ni yo nos vamos a bajar de nuestros respectivos burros usando la lógica, me da.