miércoles, 4 de febrero de 2009

De amor y sexo (y otras sandeces), 8

OTROS, 1: "VOTOS"

- Ave María purísima.
- Sin pecado concebida.
Silencio.
- Dime, hijo, qué te preocupa –dice, casi en un susurro.
- Padre, he pecado.
- Todos pecamos, hijo. Nacimos para pecar –Aquello le suena demasiado Dietrich, pero ese muchachito ni siquiera sabe que existe el cine en blanco y negro-. Lo único que tienes que hacer es recapacitar y arrepentirte, sobre todo si has hecho daño a alguien.
- Sólo me he hecho daño a mí mismo. O bueno, eso dice mi madre.
- Hijo, sé más explícito.
- Me da vergüenza, padre. Mi madre me ha obligado a venir, y yo ahora no sé qué decir.
Se frota las palmas de las manos con los dedos gordos.
- Pues di lo que sea, lo más claro posible.
Otro momento de silencio y dudas, buscando las palabras adecuadas.
- Padre..., me toco.
No conocerá el cine en blanco y negro, pero es evidente que ve “Cine de barrio”.
- Hijo, ¿quieres decir que te masturbas?
Más silencio. Probablemente el chaval está rojo como un pimiento morrón.
- Si, padre. Eso.
Rojo y picante como un pimiento de Padrón.
- ¿Y lo haces mucho?
Malditos silencios.
- Si padre. Mucho.
- ¿Cuánto es mucho?
- Todos los días, padre. Un par de veces..., o más.
Humedad en las palmas.
- ¿Lo haces desde hace mucho?
- Desde que cumplí los once.
- ¿Y cuánto es eso?
- Más de cuatro años.
Humedad en la frente, y el asiento clavándose en todo el cuerpo.
- Hijo, eras un poco joven, ¿no?
- Pero padre, ¡todos mis amigos lo hacen!
La lengua humedeciendo las comisuras de los labios. Parpadeo rápido y nervioso.
- ¿Lo haces con tus amigos?
Ese tono, algo más estridente de lo normal... Control, control...
- ¡No, padre! ¡Qué corte!
- Entonces, ¿cómo has aprendido a hacerlo?
- Pues... porque... una mañana vi a mi padre haciéndolo en la ducha.
Control.
Ojos fuertemente cerrados y los latidos cada vez más fuertes en las sienes.
Uno, dos, tres, cua...
Erección incontrolable, dureza que lucha contra el slip. Unas ganas horrendas de tocarse.
- Bueno, hijo, no te preocupes. Eso es algo natural que hacen la mayoría de los hombres. Como ya aprenderás más adelante, es casi una necesidad física. Eso sí, no debes tomarlo como un vicio, sino como una solución momentánea cuando tengas... molestias. Los vicios no son buenos, muchacho, y debes arrepentirte y hacer penitencia para aprender a controlarlos. Debes rezar cuando sientas que...
- Pero padre, es que me apetece todos los días.
Abre dos botones e introduce la mano para colocar la ya dolorosa erección.
- Precisamente por eso, hijo. Las tentaciones se nos presentan a diario, y sólo está en nuestras manos el luchar contra ellas o el dejarnos llevar.
- ¿Y cómo hago eso?
- Cada vez que te notes... extraño, debes arrodillarte en tu habitación y rezar cinco Ave Marías. Si aún así sigues estando emp... -Control, control- eeh, en esa situación, lee un libro de texto durante un rato, y después reza otros cinco Aves.
- ¿Y si a pesar de todo...?
- Si a pesar de todo lo haces, vienes al día siguiente y me lo cuentas..., ¡te confiesas! –Control, control-. Yo te impondré la penitencia necesaria.
- ¿Y ahora qué hago? ¿Y qué le digo a mi madre? Está ahí fuera, esperando.
- Hijo, ¿te arrepientes de hacerlo como un vicio?
Un poco más de lo normal para contestar. Lógico, qué gilipollez. A los quince años él se pasaba veintitrés horas al día empalmado, y también lo hacía dos ó tres veces diarias. O las que fueran necesarias.
- Claro que sí, padre.
- Bien. Vas a rezar diez padrenuestros y diez aves, y le vas a pedir a Jesús que te ayude a controlarte de ahora en adelante.
- ¿Y qué le digo a mi madre?
- No te preocupes por tu madre. Ahora no puedo atenderla porque tengo que preparar la misa, pero dile que venga a verme el sábado a las cuatro. Yo hablaré con ella.
- ¿Ya?
- Sólo una cosa más. ¿Tu madre sabe que tu padre hace eso en la ducha?
- No lo sé, padre.
- Bueno, pues dile que se tranquilice, que no pasa nada, pero que si tu padre puede venir el sábado con ella, mejor.
- De acuerdo, padre.
- Bien, hijo. Ve en paz y reza tus oraciones. Ego te absolvo a peccatis tuis in nomine Patris, et Filii et Spiritus Sancti...
- Amén.
- Amén.
- Gracias, don Felicísimo.
- Vé en paz, hijo.
Abre la pesada cortina sólo un centímetro para observar al muchacho, que se ha quedado frente al confesionario colocando su propia erección. En lugar de dirigirse al lugar en que su madre espera sentada, se arrodilla en uno de los últimos reclinatorios y comienza a rezar –supone- con la cara apoyada en el respaldo de delante.
Sale. Pasos largos y rápidos, desesperados. Cierra tras él la puerta de la sacristía, echando el pestillo. Sin llegar a abrir toda la sotana, empieza a masturbarse. Lo hace como cuando tenía 15 años, deprisa, casi haciéndose daño. Con la otra mano agarra los testículos y tira de ellos. Nota en su nuca los ojos del Cristo clavado en la pared. Clavado en la cruz. Clavado en su corazón. Se da la vuelta y comienza a llorar, ya sin poder parar. Se corre. Se corre como no recuerda haberlo hecho. Se corre y llora, mirando fijamente a los ojos del Cristo. Cae de rodillas, llorando. Saca un pañuelo de un bolsillo y limpia el suelo de la sacristía, despacio. Sigue llorando, sin consuelo.
El Cristo le observa, con esa mirada de infinita pena que sólo los Cristos españoles tienen.
Y él llora.
Llora. Y grita.
Grita como si le fuera la vida en ello. Grita sin importarle si le oye alguien. Grita, recriminándole al Cristo su tristeza, y su pureza. Grita, culpándole por siglos, casi milenios, de celibato, de culpa. Grita, echándole en cara la imparcialidad que sólo un trozo de madera puede tener.
Solloza. Y grita:
- ¡Tú también lo hacías! ¡Tú también lo hacías!

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Mira que te gusta ... decir las cosas claras.
Sí señor.
Aunque este es el que menos me ha gustado de momento, no por ello es peor.

Besicos.

Anónimo dijo...

Menos mal que los de www.hazteoir.org, no entra por aki,..
Se les iba a caer los guevecillos.

Explicito y directo.
Y por que no... real?

MadRod dijo...

Lux, jomío, pa éso tengo lengua. Y quiero críticas, leche, que para éso lo pongo! XD
Klimmito: la última vez que me haces propaganda de esta gentuza en mi blog, eh? Te lo permite por ser vos quien soid, pero que no se repita! XD Y no es mala idea: a ver si se les caen los huevecillos y dejan de procrear de una vez...