lunes, 22 de septiembre de 2008

Otoño. Otra vez.

Pues nada, que ya se acabó.
Siempre me produce la misma sensación: pena por dejar de ver el sol durante meses, abulia para hacer cualquier cosa que signifique salir a la calle (y éso que la lluvia me encanta). El caso es que hoy se ha acabado otro veranito, con lo que a mí me pone las pilas el solete, leñe. Hala, a estirar las baterías hasta el 40 de Mayo.
Y el caso es que mira que es algo que ocurre todos los años, ¿eh? Que más avisados no podemos estar. Pero esta capital nuestra no nos deja utilizar lo aprendido, porque cada nuevo otoño hay agujeros nuevos que se transforman en los enormes charcos de siempre (que en ninguna otra capital del mundo, me juego lo que quieras, se verán la cantidad y el surtido de charcos que se ven -y se sienten- en las calles de Madrid). Y cada nuevo otoño hay una carretera nueva que se ha abierto sin terminar -o mal terminada, seamos más precisos- que se atraganta con el diluvio repentino y no deja entrar ni un coche desde las 6 de la mañana hasta las 10,30. Ni entrar, ni salir a los que ya están dentro, claro, que hoy ha sido la mañana de absentismo laboral por excelencia, y del gasto indecible en sms advirtiendo al jefe de que estamos parados en el kilómetro tal de la nueva y fantástica carretera A-laquesea o M-yoquésé.
Y mientras tanto yo, que no me entero de nada hasta las 12 del mediodía, con mis zapatitos de verano, tan monos ellos, a los que por dentro sólo les ha faltado un chorro a presión para que convertirse en dos maravillosos yacuzzis, en los que mis pies, poco a poco, se han ido arrugaaando, arrugaaando, hasta que he llegado esta noche a casa y me los he podido secar con el calefactor de aire caliente. Porque vamos a ver, ¿quién se imaginaba esto ayer por la tarde? Por la noche yo estaba tumbado en el sofá viendo Cuarto Milenio en camiseta y calzoncillos, y me sobraban las dos cosas por el calor. Sí, vale que 24 grados no son un calor horrible, pero a mí me sobraban. Y resulta que desde esta mañana sin el paraguas no eres nadie. Qué vida esta, leñe.
Y es que los madrileños somos meteorológicamente torpes por naturaleza. Porque la naturaleza no nos deja ser de otra manera, vaya. Llega el calorazo tremendo del verano y nos pilla con el cubrecamisas de entretiempo, y hala, a sudar a chorro en el Metro. Llega la lluvia otoñal -generalmente un diluvio que atasca toooda la M-30) y nos pilla con las chanclas y enseñando muslo, y hala, a llegar al curro hecho una sopa. Llega el frío horrendo de invierno y aún vamos con la chaquetita de octubre porque en otoño llueve pero nunca hace frío, y hala, pulmonía triple -o en su defecto, unas placas como catedrales góticas-. Llega la temperatura agradable y primaveral y nos cogemos unos catarrazos de aupa porque estamos deseando quitarnos el plumas... Aquí nadie avisa de que el tiempo va a cambiar, y siempre es de repente y a lo bestia. Una angustia vital, tú. Luego se extrañan de que en los equinoccios y en los solsticios y esas cosas de nombre raro haya más depresiones. ¿Cómo no te vas a deprimir? Acabas de exprimir la tarjeta en las rebajas de H&M y ya lo tienes que guardar todo para el año que viene porque vas haciendo el ridículo climatológico.
Pues éso. Que hoy debería haber ido a casa a comer. Játetú, si hasta me dejé la comida preparada anoche, una rapidita y rica para que me diera tiempo hasta para lavarme los dientes. Pero han llegado las 2 de la tarde y he pensado: "Uhmmm, ¡qué rico el gazpachito! ¡Qué fresq... uta madre, coño, gazpacho? Y me he quedado a comer en la ofi. Por si el diluvio y tal. Y qué coño, porque pensándolo un poco más, he llegado a la conclusión de que lo que me apetecía era una sopa y a estas alturas de año todavía no he comprado el puto caldo de cocido Gallina Blanca.
Jo.

8 comentarios:

Anónimo dijo...

Otro verano... otro otoño.
El tiempo pasa y nos vamos haciendo viejos, como dice la cancion. Y nunca mejor dicho lo de "se acabo el verano". Ha llegado con chubascos y fresquete por las noches. Que llueva.. que llueva. Tiene que llover, en la vida hasta creer.

Ya te vale con el "no sabia que iba a llover". Te voy a pasar esta pagina web para que consultes cada dia el tiempo.

http://espanol.wunderground.com/global/stations/08223.html

Hale¡¡ Ya sabes si toca sandalia o bota campera¡¡ .-))

ace76 dijo...

Pero el otoño tiene su encanto, Rodri, así que no te preocupes...

Además, en unos pocos meses, antes de lo que piensas, vuelve la primavera!

Isi dijo...

Yo era una de esas que llegó ayer tarde por culpa del atasco monumental que hubo en la M-40.

Eso sí, comprobado está, que día que hay un atascazo de los buenos, al día siguiente, no hay problema alguno de tráfico...hoy iba la carretera de puta madre!...supongo que todos pensarán..."me voy en tren, que lo de hoy no lo repito más"...nusé.

Y sobre lo de la ropita, creo que no habría problema si hiciesemos caso a las abuelas cuando dicen eso de "ande yo caliente, riase la gente". Kicir...que muchas veces si no nos diese vergüenza ponernos el plumas, no nos pillaríamos el gripazo del año..

Besitos nene!

Isi dijo...

Repito frase, que me he colao (bakalao): "me voy en tren, que lo de AYER, no lo repito más"

Ains! es que no estoy a lo que estoy y se nota.

Más besitos

Ramón García dijo...

Hoy leyendo el periodico Metro, me he empezado a reir con una noticia: Aquí te la dejo, Y encima dicen donde se hace....

http://www.readmetro.com/show/es/Madrid/20080923/1/5/

MadRod dijo...

Klimmito, guapo, yo no me hago viejo, a ver qué va a pasar! Yo voy cogiendo solera, como el buen coñás. Y las páginas del tiempo ya las conocía, jo. Otra cosa es que las mire... XD
Ace: Si, hombre, si a mí el Retiro en otoño me hace disfrutar mil con el colorido y el olor, y me encanta que llueva y se limpie todo, y no soportaría un clima que no cambie... pero hijo, son cosas que pasan. Ya te darás cuenta cuando cumplas... 26 ;)
Isi, has hecho bien en ir en coche, porque esta mañana a las 8,45: "Metro de Madrid in-for-ma: la línea 1 de Metro se mantendrá parada, por motivos ajenos a Metro de Madrid, durante al menos 20 minutos"... Vamos, que los que ayer llegaron tarde en coche hoy han llegado tarde en metro! Y las abuelas, jamía, que digan lo que les salga del parrutx: yo me niego a ir 3/4 de hora sudando como un cerdo en el metro por llevar una manguita larga, oyes.
Ramón: XD ya lo he leído esta mañana. Lo he leído, precisamente, mientras iba a currar en hora punta en el primer vagón. Éso sí, era de la línea 5, donde parece ser que mis partes pudendas no corren peligro! XD Hay que ver, lo que descubren éstos ahora. Mañana sacarán la noticia increíble de que durante años había "sexo en vivo" en el cine Carretas...

Anónimo dijo...

Por aquí pasa igual, no te vayas a creer. Hoy se nos ha caído el cielo encima, que dirían los galos. Vaya tela. Menos mal que retiré las chanclas ayer, con lo cómodo que iba, joder. Y dentro de unos días a las 6 de la tarde ya será de noche, qué mierda.

Besicos.

MadRod dijo...

Jo, ya lo he visto en la tele. Pero no lo entiendo, joder: si todos los años pasa lo mismo en los mismos sitios, ¿por qué no hacen algo para solucionarlo?
Y lo de oscurecer... leñe, ayer oí o leí en algún sitio que desde ahora iremos perdiendo 20 minutos de luz cada semana. Merda. Éso es precisamente lo que menos me gusta: levantarme para currar cuando aún es de noche y llegar de noche a casa.
Más jo.