Zero Gravity.

Stephen Hawking, el científico probablemente más famoso del mundo (si podeis nombrar a otro teneis premio) ha realizado un vuelo de gravedad cero.
Aparentemente es fácil. Los realiza una empresa privada -adivinad el nombre-, y consiste en un vuelo de un avión normal, un Boeing, que sube hasta el quinto pino casi en vertical y desciende desde el mismo quinto pino también en vertical, de modo que dentro del aparato se genera la falsa impresión de estar en gravedad cero, es decir, de flotar igual que los astronautas en el espacio exterior. Cuesta 3.750 dólares, que no me parece mucho, teniendo en cuenta que algunos viajes a algunos puntos del mundo en ese mismo avión en clases superiores cuestan el doble... incluso a veces, en clase turista. Y si tienes el dinero, la experiencia debe ser una verdadera gozada, aunque la ilusión sólo dure unos segundos y el vuelo dure menos que un Madrid-Paris.
Pero no escribo sobre ésto por el hecho en sí, que mola, sino porque este hombre, cuyas declaraciones deben tener una cierta base -vamos, digo yo-, ha dicho que estos vuelos son la base del futuro de la humanidad, que probablemente, más tarde o más temprano, se tendrá que desplazar a otros lugares del Universo para mantener viva a la especie, porque según él, queda bien poco para que la Tierra como la conocemos desaparezca debido a una guerra termonuclear o a un calentamiento global repentino. ¡Pues qué alegría me da saberlo, hombrededios! Tendré que aprovechar el puente...