Algo ha cambiado, para peor, en las últimas décadas. SuperNanny, SOS adolescentes... y mientras tanto, no dejan de aparecer noticias ridículas como las de estos últimos días: por una lado, dos niñas cuya tutela ha pasado al padre, que estaba denunciado por ellas mismas por abusos sexuales. Por otro lado, la madre que ha pedido a las instituciones que se hagan cargo de su hija de 13 años porque "ya no puede con ella".
Todo ésto, por supuesto, lo veíamos hace 25 ó 30 años, cuando yo tenía esa edad problemática, pero sólo lo veíamos en familias problemáticas de por sí, en las que los propios padres eran ejemplos nocivos para sus hijos. Ahora se ve en cualquier familia. Y no puedo decir que no intenten ponerse soluciones, pero una solución es uno de los efectos de un problema. No se intenta atajar la causa en sí, el propio problema, entre otras cosas, porque no se hace ningún tipo de estudio serio sobre qué está pasando en general.
Creo que a todo el mundo le da miedo reconocer que el tipo de familia "antiguo" era más válido que el moderno. Nos da pánico reconocer que la figura de la madre se está perdiendo, que antes estaba ahí todo el día encima de los hijos, controlando exhaustivamente todo lo que hacían, veían, leían, y que ahora la madre les ve tan poco o menos que el padre, y que no hay nadie que les dé la importancia que una madre les da. Por supuesto, los cuidadores infantiles o los profesores siguen siendo igual de serios que antes, pero ahora los chavales tienen toda una serie de puntos de información adultos que antes no tenían. Lo ven todo, y piensan que está dirigido tanto a ellos como a sus padres, y no es cierto. Internet y el cine, con todo tipo de contenidos a la mano de cualquiera, y la televisión basura, conectada todo el día haya quien haya en casa, desvirtúan la adolescencia. NUNCA un adolescente pudo ver lo que le daba la gana. Ahora lo hace porque no hay nadie que lo controle. Los chavales llegan a casa después de estudiar y no hay nadie que les diga lo que tienen que hacer, y mientras tanto hay un montón de informaciones que les hacen creer que SON más mayores de lo que son, que tienen un cierto número de libertades que NO tienen, y que el mundo de los adultos es el suyo propio.
Me apena por las familias actuales. Prácticamente ninguna familia puede permitirse el no tener los dos sueldos de los padres, pero mientras tanto, ninguna puede permitirse ser realmente dos padres. La conciliación familiar es una utopía. Los chavales no tienen en casa el apoyo y la educación que necesitan, y éso les hace crecer en el convencimiento de que pueden hacer y decir y comportarse como les da la gana, con los consiguientes problemas con sus profesores, a los que no respetan porque nadie les ha enseñado que, para ser un adulto, hay que respetar a los otros adultos.
Supongo que podría seguir hablando sobre ésto durante horas, pero no creo ser el más indicado. Habrá muchos que pensarán que un gay no tiene derecho a hablar de familias. Bueno, éso es otro cantar. Tengo el mismo carnet de padre que cualquier heterosexual, y he sido tan hijo como ellos. He visto actuar a mi familia y he crecido en consecuencia. Y ahora veo actuar a las familias, y veo crecer a los adolescentes en consecuencia. 2+2=4.
Tengo la opción de casarme y adoptar, pero la verdad, no creo que lo haga nunca, porque la educación de mis posibles hijos ya no estaría en mis manos, y antes que ser un padre que ve cómo su hijo se transforma en un gilipollas integral sólo por no poder darle el tiempo que necesita, prefiero no tenerlo.
Bendito siglo XXI.
Todo ésto, por supuesto, lo veíamos hace 25 ó 30 años, cuando yo tenía esa edad problemática, pero sólo lo veíamos en familias problemáticas de por sí, en las que los propios padres eran ejemplos nocivos para sus hijos. Ahora se ve en cualquier familia. Y no puedo decir que no intenten ponerse soluciones, pero una solución es uno de los efectos de un problema. No se intenta atajar la causa en sí, el propio problema, entre otras cosas, porque no se hace ningún tipo de estudio serio sobre qué está pasando en general.
Creo que a todo el mundo le da miedo reconocer que el tipo de familia "antiguo" era más válido que el moderno. Nos da pánico reconocer que la figura de la madre se está perdiendo, que antes estaba ahí todo el día encima de los hijos, controlando exhaustivamente todo lo que hacían, veían, leían, y que ahora la madre les ve tan poco o menos que el padre, y que no hay nadie que les dé la importancia que una madre les da. Por supuesto, los cuidadores infantiles o los profesores siguen siendo igual de serios que antes, pero ahora los chavales tienen toda una serie de puntos de información adultos que antes no tenían. Lo ven todo, y piensan que está dirigido tanto a ellos como a sus padres, y no es cierto. Internet y el cine, con todo tipo de contenidos a la mano de cualquiera, y la televisión basura, conectada todo el día haya quien haya en casa, desvirtúan la adolescencia. NUNCA un adolescente pudo ver lo que le daba la gana. Ahora lo hace porque no hay nadie que lo controle. Los chavales llegan a casa después de estudiar y no hay nadie que les diga lo que tienen que hacer, y mientras tanto hay un montón de informaciones que les hacen creer que SON más mayores de lo que son, que tienen un cierto número de libertades que NO tienen, y que el mundo de los adultos es el suyo propio.
Me apena por las familias actuales. Prácticamente ninguna familia puede permitirse el no tener los dos sueldos de los padres, pero mientras tanto, ninguna puede permitirse ser realmente dos padres. La conciliación familiar es una utopía. Los chavales no tienen en casa el apoyo y la educación que necesitan, y éso les hace crecer en el convencimiento de que pueden hacer y decir y comportarse como les da la gana, con los consiguientes problemas con sus profesores, a los que no respetan porque nadie les ha enseñado que, para ser un adulto, hay que respetar a los otros adultos.
Supongo que podría seguir hablando sobre ésto durante horas, pero no creo ser el más indicado. Habrá muchos que pensarán que un gay no tiene derecho a hablar de familias. Bueno, éso es otro cantar. Tengo el mismo carnet de padre que cualquier heterosexual, y he sido tan hijo como ellos. He visto actuar a mi familia y he crecido en consecuencia. Y ahora veo actuar a las familias, y veo crecer a los adolescentes en consecuencia. 2+2=4.
Tengo la opción de casarme y adoptar, pero la verdad, no creo que lo haga nunca, porque la educación de mis posibles hijos ya no estaría en mis manos, y antes que ser un padre que ve cómo su hijo se transforma en un gilipollas integral sólo por no poder darle el tiempo que necesita, prefiero no tenerlo.
Bendito siglo XXI.
3 comentarios:
Oño Tú no puedes opinar no por ser gay, ni yo por ser paraplejica, si no por que ni tu ni yo tenemos hijos y al parecer ni tu piensas tenerlos ni yo puedo tenerlos, ademas mejor un perro dicen que da menos problemas
Ostia! Me has pillado en el mejor momento poniendo todo esto. Lleva una temporadita el enano... me busca contínuamente a ver como puede conseguir cabrearme. Y yo con toda la paciencia del mundo intento torearle. Me tiene desquiciada y ¡solo tiene 6 años! Pero estos niños saben mucho, por lo menos el mío. Cuando descubro sus trucos (como el lo llama) encima lo reconoce. En fin... la m/paternidad divino tesoro. :o/
Un besote guapo!! Y pa'l Javi también.
Ah! Tengo nueva "casa". jejeje... Pincha sobre mi nombre si quieres hacerme una visitilla.
Ya me he pasado a tomarme el primer café ;) Que lo disfrutes, wapa! Por lo menos como yo disfruto de éste.
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