Ecologistas en Acción promueve la "Semana Internacional sin Televisión".
Eeeeh...
Uhhhm...
Vale que estos chicos quieran vivir en el bosque de Tallac. Yo también quiero. Pero no pienso quedarme sin House y Anatomía de Grey, qué coño. Además, mientras las veo acompañado, me río mucho comentando las mejores escenas con mi chico. Nada de "promover el silencio entre las personas", como ellos dicen.
Sí que me creo su teoría de la globalización a través de las ondas. La gente se va al Burger Queen o al MaryDonalds sólo porque es la semana de la DobleMacCheeseWhopperParisién, cuando en realidad están deseando meterse unas bravas entre pecho y espalda. Y quien habla de ésto habla de muchas otras cosas. Quiero marcas, marcas y más marcas, sólo porque salen en la tele. Blurp-bleeee-gugu-baaaaa, soy idiota. Estoy de acuerdo en que idiotiza, la tele, pero como todo, cuando te pasas con ella.
Vamos, que lo que deberían hacer es promover leyes para la televisión anti-idiotizantes. Votaría por un control real en la publicidad, y no sólo ése que censura a través de valores morales victorianos. Votaría por que desaparezcan Dónde estás corazón, Dolce Vita, Gran Hermano, Aquí hay tomate, Por la tarde o como se llame y cualquier cosa con una máquina de la verdad o semejante dentro. Por poner un ejemplillo de lo agilipollados que estamos: ¿cómo es posible que nos interese tanto la vida de alguien que hasta ayer no tenía más vida que la nuestra, sólo porque hoy sale en un reality? Que Pedro el ovejero de GH me cuente su vida como ovejero me resulta muchísimo más interesante y culturizante que saber con quién folla o a quién insulta. Y si la cuestión es saber sobre la vida de los demás, creo mucho más sano e interesante volver a las tradiciones: cotillea con tu vecina, coñe, te vas a reir mucho más y encima va a ser sobre alguien que conoces.
Otra propuesta: vemos alguna que otra hora de tele al día sólo porque nos aburrimos y no tenemos ninguna otra cosa que hacer. Pues siguiendo la estela del día de ayer: ¡leamos durante esa hora! Y si lo que leemos es una revista, que a ser posible no sea amarilla o del corazón...
Eeeeh...
Uhhhm...
Vale que estos chicos quieran vivir en el bosque de Tallac. Yo también quiero. Pero no pienso quedarme sin House y Anatomía de Grey, qué coño. Además, mientras las veo acompañado, me río mucho comentando las mejores escenas con mi chico. Nada de "promover el silencio entre las personas", como ellos dicen.
Sí que me creo su teoría de la globalización a través de las ondas. La gente se va al Burger Queen o al MaryDonalds sólo porque es la semana de la DobleMacCheeseWhopperParisién, cuando en realidad están deseando meterse unas bravas entre pecho y espalda. Y quien habla de ésto habla de muchas otras cosas. Quiero marcas, marcas y más marcas, sólo porque salen en la tele. Blurp-bleeee-gugu-baaaaa, soy idiota. Estoy de acuerdo en que idiotiza, la tele, pero como todo, cuando te pasas con ella.
Vamos, que lo que deberían hacer es promover leyes para la televisión anti-idiotizantes. Votaría por un control real en la publicidad, y no sólo ése que censura a través de valores morales victorianos. Votaría por que desaparezcan Dónde estás corazón, Dolce Vita, Gran Hermano, Aquí hay tomate, Por la tarde o como se llame y cualquier cosa con una máquina de la verdad o semejante dentro. Por poner un ejemplillo de lo agilipollados que estamos: ¿cómo es posible que nos interese tanto la vida de alguien que hasta ayer no tenía más vida que la nuestra, sólo porque hoy sale en un reality? Que Pedro el ovejero de GH me cuente su vida como ovejero me resulta muchísimo más interesante y culturizante que saber con quién folla o a quién insulta. Y si la cuestión es saber sobre la vida de los demás, creo mucho más sano e interesante volver a las tradiciones: cotillea con tu vecina, coñe, te vas a reir mucho más y encima va a ser sobre alguien que conoces.
Otra propuesta: vemos alguna que otra hora de tele al día sólo porque nos aburrimos y no tenemos ninguna otra cosa que hacer. Pues siguiendo la estela del día de ayer: ¡leamos durante esa hora! Y si lo que leemos es una revista, que a ser posible no sea amarilla o del corazón...
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