Por un lado, el Parlamento Europeo condena las declaraciones homófobas, especialmente las polacas (haciendo especial hincapié en las nuevas leyes que quieren imponer los gemelos fantásticos), y por el otro lado, Monseñor Angelo Amato, Secretario de la Congregación para la Doctrina de la Fe, segundo en el escalafón vaticano por debajo del papa, condena a los parlamentos extranjeros que aprueben el matrimonio homosexual.
Nunca llegaremos a nada.
Nunca llegaremos a nada.
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