Unos 2.000 hombretones de 26 países han acudido a la celebración (séptima) del Bearcelona '07, una de las tantas y tantas reuniones de osos que se celebran no sólo en España, sino en el mundo entero. Sé que comparándolos con otras cifras parecen pocos, pero no deja de ser aclaratorio: mientras que manifestaciones del orgullo gay sólo las hay en una fecha cada año, reuniones de osos las hay por docenas en cada país del mundo.
Parece que la gente aún no se lo cree: esos hombretones vestidos de pana, vaquero, franela, cuero, de cuerpos enormes y/o gordos y/o musculados, barbudos, velludos, calvos... esos hombres de estética hipervaronil... son gays.
En cualquiera de las tantas y tantas páginas gays de internet dedicadas a ellos encontrareis la misma pregunta: ¿por qué? ¿Por qué existen los osos? ¿Por qué con ese look y esa parafernalia? Para mí es fácil: se acabaron los años en los que los gays eran peluqueros de película de Alfredo Landa, se acabaron los años en que el 99% de los gays estaban escondidos en su casa. Se acabaron los años en que sólo los gays guapos se dejaban ver porque podían disimularlo con la compañía de sus heteroamigas. Ahora los hombres se gustan, a secas, y viven, a secas. Sean como sean. Y el famoso "gen" homosexual, o lo que sea que nos hace gays, no diferencia entre cuerpos esculturales y depiladísimos y cuerpos enormes y velludos. Al fin todos los gays se han liberado, y había tantos entre las listas de enormes y velludos que tenía que saltar el tema por algún sitio.
Creo que son diferentes. Por lo que he vivido hasta ahora, suelen ser gentes afables, tranquilas, simpáticas y abiertas. He vivido muchos años de ambiente, y durante mucho tiempo los gays se han comportado como los peores discriminadores de sus iguales: había que tener unas hechuras, unas medidas, un cierto tipo de belleza y una maquinilla siempre a mano. Supongo que por éso los osos han salido de su letargo, de su cueva, y han invadido las ciudades, para reivindicarse a sí mismos, para verse y gustarse, para hacer ver a todo el mundo que no todos los gays son maricas lindas como Jesús Vázquez o maricas malas como Jorge Javier, o maricas... como Boris.
En cualquiera de las tantas y tantas páginas gays de internet dedicadas a ellos encontrareis la misma pregunta: ¿por qué? ¿Por qué existen los osos? ¿Por qué con ese look y esa parafernalia? Para mí es fácil: se acabaron los años en los que los gays eran peluqueros de película de Alfredo Landa, se acabaron los años en que el 99% de los gays estaban escondidos en su casa. Se acabaron los años en que sólo los gays guapos se dejaban ver porque podían disimularlo con la compañía de sus heteroamigas. Ahora los hombres se gustan, a secas, y viven, a secas. Sean como sean. Y el famoso "gen" homosexual, o lo que sea que nos hace gays, no diferencia entre cuerpos esculturales y depiladísimos y cuerpos enormes y velludos. Al fin todos los gays se han liberado, y había tantos entre las listas de enormes y velludos que tenía que saltar el tema por algún sitio.
Creo que son diferentes. Por lo que he vivido hasta ahora, suelen ser gentes afables, tranquilas, simpáticas y abiertas. He vivido muchos años de ambiente, y durante mucho tiempo los gays se han comportado como los peores discriminadores de sus iguales: había que tener unas hechuras, unas medidas, un cierto tipo de belleza y una maquinilla siempre a mano. Supongo que por éso los osos han salido de su letargo, de su cueva, y han invadido las ciudades, para reivindicarse a sí mismos, para verse y gustarse, para hacer ver a todo el mundo que no todos los gays son maricas lindas como Jesús Vázquez o maricas malas como Jorge Javier, o maricas... como Boris.
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