Tiene aproximadamente un añito, y desde que nació se dedica a hacer las delicias de todos los que tienen la suerte de verle.
Tras la muerte de su hermano gemelo al nacer, su madre le rechazó, pero un cuidador le "adoptó" y le cuida casi como a un hijo. De ahí la fama de Knut: cuando los ecologistas alemanes pidieron que se le sacrificara porque se le estaba "humanizando" demasiado, la ciudadanía berlinesa se levantó en contra, y ahora es uno de los personajes que más aparece en las televisiones alemanas y tiene un cerro y medio de entradas en YouTube.
¿No es para comérselo?
¡¡Yo quiero uno!!
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