No me lo puedo creer: hoy, después de 18 años trabajando, y en este momento en que llevo 16 meses en el paro, por fin me han concedido una tarjeta de crédito.
No sé, vale, puede que sea una gilipollez hablar de ésto aquí, pero es que después de tanto tiempo sintiéndome diferente -no, por ser maricón no, coño, que siempre estais pensando en lo mismo... ¡ejem!- desde la semana que viene ya podré hacer éso que hace tooodo el mundo: entrar en un sitio en el que entras normalmente, mirar cosas, fijarme en los precios y, en lugar de darme la vuelta y pensar "bueno, cuando llegue la paga extra", pues zas, sacar el plastiquito y comprarlo. Así, sin rayarme ni ná ni ná.
Tampoco es que vaya a hacer maravillas con ella -me he puesto un máximo no muy allá for if the flies-, y además se supone que la he pedido para pagar las putas obras del ascensor, pero coño, después de años pidiendo tarjetas de crédito a diestro y siniestro y siéndome todas denegadas, me congratula mil el hecho de que, desde la semana que viene, lleve en la cartera un salvoconducto de plástico. Y la del banco ha sido tan maja que hasta me ha contado un par de truquis. Hay que ver lo que hace no entender absolutamente nada de la letra pequeña, oiga.
Bueno, queridos amiguitos -y vosotros sabeis de sobra quiénes sois y os doy millones y millones de gracias-: ya no me tendreis que seguir prestando €itos a fondo perdido.
Por dios, qué relax da entrar en el mundo del consumidor compulsivo.
PD: tranquilidad, que no me voy a compulsivar más de lo estrictamente necesario.
No sé, vale, puede que sea una gilipollez hablar de ésto aquí, pero es que después de tanto tiempo sintiéndome diferente -no, por ser maricón no, coño, que siempre estais pensando en lo mismo... ¡ejem!- desde la semana que viene ya podré hacer éso que hace tooodo el mundo: entrar en un sitio en el que entras normalmente, mirar cosas, fijarme en los precios y, en lugar de darme la vuelta y pensar "bueno, cuando llegue la paga extra", pues zas, sacar el plastiquito y comprarlo. Así, sin rayarme ni ná ni ná.
Tampoco es que vaya a hacer maravillas con ella -me he puesto un máximo no muy allá for if the flies-, y además se supone que la he pedido para pagar las putas obras del ascensor, pero coño, después de años pidiendo tarjetas de crédito a diestro y siniestro y siéndome todas denegadas, me congratula mil el hecho de que, desde la semana que viene, lleve en la cartera un salvoconducto de plástico. Y la del banco ha sido tan maja que hasta me ha contado un par de truquis. Hay que ver lo que hace no entender absolutamente nada de la letra pequeña, oiga.
Bueno, queridos amiguitos -y vosotros sabeis de sobra quiénes sois y os doy millones y millones de gracias-: ya no me tendreis que seguir prestando €itos a fondo perdido.
Por dios, qué relax da entrar en el mundo del consumidor compulsivo.
PD: tranquilidad, que no me voy a compulsivar más de lo estrictamente necesario.
5 comentarios:
Si,ahora el fin de los Bancos y otras entidades de credito es hacernos felices... han renunciado a ganar dinero y solo quieren "nuestra felicidad". Deberian aprender de ellos gente como la Espe y la S.S.
¡Ah, si! ¡Va a ser éso! Mira que no lo había pensado... Hemos pasado de la Era de Acuario a la Era de la Felicidad Bancaria. Es evidente que los bancos ya no quieren ganar dinero a nuestra costa!! ¿Cómo puedo no haberme dado cuenta? Ayyyns! XD
Ves como en el fondo los bancos no son tan hijosdeputa como tu pensabas? Todavía queda algo de humanidad... ainsss... que bonito. De todas formas, si alguna vez necesitas mas sableos, aqui estaremos.
Uf! pues no tiene peligro el temita de las tarjetas de crédito...Ya puedes tener cuidadín...Te lo digo por experiencia...Mi primera tarjeta de crédito terminó hecha cachitos porque con eso de que puedes gastar aunque no tengas...terminé no teniendo incluso cuando tenía que tener....
Relajate y usala sólo en casos extremos...Para los demás casos seguimos estando aquí como te ha dicho Klimmt.
Besotes!
Pos a éso voy: a los casos extremos. El puto ascensor. Y encima cuando lo tenga puesto me hará engordar porque ya no subiré andando los tres pisos con los 30 kilos de compras del LIDL...
Muchas gracias a todos: espero no tener que seguir sableando nunca más de los jamases. Pordiosyporlavirgendelabrigoaplazos. Y sí, los bancos siguen siendo unos hijosdeputa que te arrancan los ojos en plan Hostel en cuanto tienen una oportunidad. ¿Qué es si no una tarjeta de crédito, sino un crédito con el que sacarte las perras? ¡Perras! XD Pero lo agradezco, lo agradezco, porque si no, me veía ya haciendo chapas. ¡Con este cuerpo de abortogamba!
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