Físico.

Estos días ha saltado a la palestra, de nuevo, la anorexia de una famosa. Bueno, en este caso, de la hija de una famosa: la de Donatella Versace, chica de 20 años que, según su madre, lleva 10 años luchando contra la anorexia.
Vamos, a ver, y sin que suene mal, por favor. Con esa madre, no me extraña. La muchacha debe delirar con cada operación que se hace la señora, que debe ser la primera en la lista en no gustarse en absoluto. Pero es que además, visto lo visto, esta señora ya no tiene solución después de tanta operación. No sé quién será su cirujano, pero la debe odiar a muerte, y ella no se da cuenta. Con todo el respeto a las transexuales que se dedican a la prostitución: yo he visto a esta mujer en Montera. Creo.

No sé si ellas se dan cuenta o no, pero todas terminan con la misma cara imposible. Quitadle el maquillaje y ponedle una coleta: de repente será Manolo Versace. Siempre me ha dado pena que muchas transexuales se dejen hacer éso. No sé: esos pómulos, esos morros, que hacen que todas se parezcan a aquella cantante de ópera exótica, cómo se llamaba, la madre de aquella niña secuestrada, Melody Nakatchian o algo así. Todas terminan pareciéndose a ella. En la mayoría de los casos, grotescas. Quizás deberían esperar a que, sencillamente, su cara y su cuerpo se hicieran a la hormonación, dejar trabajar a sus células y convertirse en una persona normal, y no en las prácticas de tercero de carrera de un carnicero plástico.
¿Y la pobre hija? Con este ejemplo, una madre que se odia a sí misma, la chavala no puede quererse a sí misma igual que el resto de la población. Sé que estoy sonando cruel, sé que es una importante enfermedad mental, pero atención a ella:
Y encima se llama Allegra. Atención a sus piernas, a sus brazos. Atención a esos huesos que se ven por debajo del cuello, a la mandíbula. Y esos morros que han sido igual de operados que los de su madre y cubren el 25% de su cara.
Sólo quiero pedirles a mis amigas, a mis conocidas, que tengan cuidado, que no se dejen llevar por lo que ven en televisión, ya que el 50% lo hace el maquillaje y un 45% el photoshop y los retoques posteriores. Sólo un 5% natural es lo que queda. Todos hemos visto esos e-mails con las fotos de las famosas antes de maquillarse y photoshoparse, y todos hemos pensado "por dios, es imposible, esta no es fulanita, es una doble fea en un mal momento...". No, joder. Desde los albores del famoseo moderno ha pasado ésto. No hay más que fijarse en las fotos de las guapas de finales del siglo XIX: en realidad, guapas (o guapos, qué coño) había 3. Las otras 97 eran de lo más normalitas. Y qué decir de Hollywood: incluso la guapa y sexy por excelencia, Marylin, estaba operadísima: dientes, pómulos, mandíbula... ¡¡¡les hacían reconstrucciones completas de la cara!!!
Vivimos en el momento de lo falso. Lo falso es lo que triunfa, no lo bello. Por éso agradezco ser hombre. Lo siento, chicas. Entiendo lo muy manipuladas que estais, entiendo que la mayoría ni os atreveis a salir a la calle sin maquillar, pero sólo fijaros en nosotros: vale que se ha puesto de moda el metrosexual, el hombre que se cuida y se empotinga para evitar las arrugas, pero... ¿maquillaje? Casi nunca. Salimos a la calle con la cara lavada, y a pesar de todo ya tenemos que ser feos, pero feos, feos, para que se nos denoste de alguna manera. Sin embargo, cuando te acostumbras a ver a una mujer maquillada, te parece un horror si la ves sin maquillar. ¿No os habeis fijado en cuando ocurre todo lo contrario? Si una mujer por lo general no se maquilla, no se suele decir nada de ella, más bien se comenta lo bien que está sin maquillar, y encima, cuando se maquilla un poco, se la pone por las nubes.
¿Y las tallas? ¿Cuántos hombres conoceis que realmente se preocupen de la talla de sus pantalones? Si, por supuesto, todos estamos apuntados al gimnasio, pero a nosotros mismos nuestra "barriguita" hasta nos parece sexy, y en el gim no nos matamos, precisamente: cuanto menos se sude, mejor.
¿Y la comparación de enfermedades? La "femenina" (por decirlo de alguna manera): anorexia, bulimia. La "masculina": vigorexia. ¿Cuál es la diferencia? Cuando ves a una mujer anoréxica piensas "por dios, qué horror, es una momia viva!!". Cuando ves a un vigoréxico, sueles pensar: "joder, qué cuerpazo, cómo se lo curra". Puede que no lleguemos a decir "qué bueno está", pero casi, casi.
Sé que todo ésto no son sino topicazos, que luchar contra una enfermedad psicológica se convierte en luchar contra un mundo entero de convencionalismos, autocrítica, poca o nula autoestima, una educación nefasta... Pero por dios, si tengo que llamar allegra a alguna conocida, que no sea porque se parezca a ésta, sino porque realmente está alegre consigo misma, con sus arruguitas, o sus pechos pequeños, o sus cartucheras. Y si quiere hacer algo, que sea por salud: yo soy el primero que siempre está diciendo que tiene que adelgazar y doy la impresión de estar descontento, pero nadie cae en lo que me duelen las rodillas, nadie cae en lo que me cuesta darme una carrera detrás de un autobús o subir 4 pisos andando. Y qué demonios, siempre he sido así y tengo casi 40 años. Hace décadas que decidí que estaba buenísimo tal y como estuviera en cualquier momento. Y si encima tengo un novio como el mío, al que le encantan mis "huesitos"... (qué amor, le llama "huesitos" a mi barriga!!! :D)
Fijaos en las fotos que pongo en el blog. Sí, están todos buenorros. Pero muchos de ellos tienen sus carnes. Y muchos de ellos tienen cierta edad. Y muchos de ellos no son modelos profesionales, sino gente normal y corriente que cuelga sus fotos en Internet, para que los demás las disfrutemos. Ya, machismo, por supuesto. Joé, pues sólo puedo decir que lo siento, y que poco más puedo hacer que decirles a mis amigas que, para ser gay, ¡leches, qué buen gusto tengo eligiendo amigas! ;)