Construcciones flipantes

Para quien no lo sepa, ésto es Dubai. Bueno, la costa de Dubai, capital de los Emiratos Árabes Unidos. Para quien no lo sepa, esta ciudad es una de las más modernas del mundo, no sólo en

concepto, sino también en fecha de construcción. ¿Y a qué viene ésto? Pues al flipe que se ve en la foto.
Tres construcciones, tres, con terreno robado al mar a base de bloques de cemento de toneladas, cubiertos después con más y más toneladas de arena. Dos de ellas con forma de palmera y otra como un montón de islotes que acabarán también teniendo una forma definida. Kilómetros y kilómetros de playa de lujo al lado del desierto.
De lujo no sólo por lo que representan las construcciones en sí, sino porque todo lo que hay (ya) dentro son mansiones de lujo (incluyendo la nueva mansión de recreo de... -Isa, ya sabes dónde ir de vacaciones- Mr & Mrs Beckham) y montones de megaedificios que se transformarán en superhoteles y torres de -ejem- "viviendas". Las cifras se disparan de una manera que anonada. Además, toda la costa prefabricada ha requerido de un trabajo exhaustivo de colonización marina para radicar un entorno de fauna y flora para que los inquilinos no se aburran. Quien quiera interesarse más por el tema dispone de una página web: the palm, donde encontrará fotos, videos y toda la información sobre el proyecto. Como diría nuestro más conocido literato y artista: in-greíble.
Otras ciudades de Oriente Medio, como Riyadh o Jeddah, se disputan con Dubai el cetro de la tecnopasada con la construcción de edificios cada vez más altos y llamativos. Pero para mí esta última se lleva la palma, nunca mejor dicho, por construcciones como ésta, y como el famosísimo hotel Burj Al Arab at Jumeirah, o el previsto Burj Dubai Tower (a día 12 van por el piso 113, a casi 400 metros del suelo), aunque otras ciudades, sobre todo en Asia (Shanghai con la Jin Mao Tower; Taipei con el Taipei 101; Hong Kong, la que se supone que es la ciudad más "alta" del mundo en cuanto a edificios, con su 2IFC; Kuala Lumpur con sus Petronas...) no se quedan atrás.
Estamos en un siglo en el que el suelo no se ve. ¿Será por éso que nos importa tan poco?